Aunque el concepto del fútbol lleva años cambiando, hay una serie de aspectos básicos dentro de él que no deberían perderse. Y uno de ellos es EL REGATE
Cuando un niño o una niña da sus primeros pasos con un balón, ya sea con sus amigos o en un club, las primeras acciones que realiza son claras: un pase, un disparo o UN REGATE. Es algo innato. O eso creemos en nuestra academia de tecnificación.
El fútbol no deja de ser un juego en el que se intenta superar a un contrario. Como equipo, una de las opciones es avanzar a través de los pases entre compañeros hasta llegar a la portería rival y chutar. No obstante, hay otra manera por la que progresar, y es utilizando la HABILIDAD TÉCNICA de cada individuo para driblar y sobrepasar al adversario.
Y eso es lo que no hay que dejar de trabajar ni de fomentar en las sesiones de entreno.
El regate como arma dentro del fútbol
Son ya famosas las declaraciones de leyendas de este deporte como Juan Román Riquelme y Pablo Aimar abordando este tema.
Dos centrocampistas que se caracterizaban por su capacidad asociativa, han dejado claro que ellos, como formadores y DT ahora, dan un valor incalculable al concepto del regate. Y es así debido a dos posturas muy fáciles de entender:
- El disfrute: como hemos comentado anteriormente, el fútbol no deja de ser un juego. Y, por lo general, a un jugador/a (incluso a un equipo) le va a ir mejor si disfruta jugando. Algo tan sencillo que es aplicable a cualquier ámbito de la vida. Un ejemplo podría ser Neymar Jr y su fútbol espectáculo.
- La solución: en un fútbol cada vez con menos libertad, se vislumbra clave tener en una plantilla un futbolista que sea capaz de desequilibrar un encuentro o un momento concreto del partido a través del regate. Los equipos ocupan mejor los espacios defensivamente, cierran líneas de pase, realizan coberturas mucho más eficaces, pressing y repliegues más intensos… Todos estos conceptos defensivos dificultan el fútbol de ataque. Ante ello, seguir conservando a los jugadores habilidosos que generan situaciones peligrosas de 1vs1 y zarandean al rival. Los Dembélé, Vinícius Jr, Antony y compañía no deben extinguirse nunca.
Tanto nosotros en los entrenamientos de tecnificación como las entidades en su día a día enfocados en la competición, tenemos la obligación de, además de dar valor al fútbol táctico y físico que se pretende alcanzar, dar mucha importancia a ese talento innato que hay en los chicos y chicas a través del dribling.
No es algo aislado, es parte del juego
En muchas zonas del campo se dan múltiples situaciones de 1vs1 en las que la solución no es REGATEAR por su elevado riesgo a una pérdida. Pero hay muchas otras en las que sí.
- En un contraataque
- En un ataque posicional ante una defensa muy replegada
- En ¾ de campo para superar una línea rival
- En espacios reducidos
Aunque el fútbol tienda al pragmatismo, a no salirse del guion establecido por el entrenador por superponer la táctica a la técnica, el futbolista (especialmente los que actúen en una demarcación ofensiva) deben tener dominadas una serie de habilidades o características técnicas que le permitan sobrepasar a su marca y así generar superioridades en zonas de peligro.
Por ello, en AJ FÚTBOL buscamos que nuestros jugadores/as practiquen con soltura todo tipos de regates a través de nuestras tareas y programas de entrenamiento:
- La bicicleta de Ronaldo
- La ruleta de Zidane
- La croqueta de Iniesta
- La cola de vaca de Romario
- La elástica de Ibrahimovic
- El caño de Messi
- El sombrero de Ronaldinho
- La finta de Mbappé
- El autopase de Bale
Una buena toma de decisiones, clave para regatear
Como bien hemos analizado antes, hay momentos y momentos. Es muy importante (y en la Metodología AJ la ponemos en un alto grado de relevancia) enseñar a los jugadores/as cuándo y cómo efectuar bien un regate.
Tomar la decisión de en qué situación hacerlo y medir bien el ‘timing’ a la hora de realizarlo son dos puntos a trabajar en las diferentes tareas del entreno. #AJBLOG